sábado, 5 de julio de 2014

Llegamos a Santa Lucia: iSimangaliso Wetland Park

Por fin un día con calorcito. Nos liamos a la salida del hotel de Richard's Bay y acabamos por una pista forestal intentando alcanzar la carretera N2. La pista estaba rodeada de plantaciones de árboles. Aún así solo tardamos 2 horas en llegar a Santa Lucía. Nos vamos a hospedar durante dos días en el The elephant coast donde nos recibe una señora mayor muy especial: lleva unas tiritas en los párpados. Es muy simpática y nos explica todo lo que podemos visitar en la zona. Nos aconseja aprovechar el buen día para ir a la zona de playa del Cap Vidal ya en el parque iSimangaliso Wetland Park ( son las 10 y la habitación no está preparada). Durante la explicación
Pasa dos manadas de mangostas de al menos 20 individuos por el jardín. Aprovecha la situación para indicarnos que en el jardín de noche suelen pastar los hipopótamos, los fagoceros y demás bichos. 
Vamos a desayunar en el Wimpy (una especie de Mc Donald's local ... Agggg) y compramos comida y bebida para almorzar en la playa. 
Entramos al parque pagando 125 r por los dos y el coche (como es un parque se controla la matrícula del coche y la hora de salida). En realidad las Eastern Shores son algo más que una playa. Hay una ruta principal asfaltada de la que salen pistas circulares en los que visitas lagos y zonas con animales. De camino vemos fagoceros, hipos, una jirafa... Una familia de gran kudus (una especie de antílope majestuoso y muy alto). 
Decidimos almorzar en la playa y disfrutar del mar, pero hay muchisimo viento y muchas olas. Intentamos bañarnos y acabamos comiendo bocadillos de jamón y arena...menos mal que el vino nos ayuda a tragárnoslos.
De vuelta hacia la puerta del parque, vemos otra playa, esta vez de piedra e integrada en un paisaje precioso y algo melancólico. Hacia las 3 emprendemos la vuelta y comprobamos que los animales comienzan a dejarse ver en cantidad. Vemos muchos animales entre ellos: hipos, unas cuantas cebras muchos antílopes y un gran kudú plantado en medio de la carretera que se despiden por hoy de nosotros.
Volvemos al b&b donde la dueña, una señora rubia de bote nos explica el funccionamiento de las llaves y las normas de la casa. La señora le cae fatal a Serge.
Ya aseados, salimos a disfrutar del pueblo, pensando encontrarnos en cada esquina manadas de hipos pastando. Cenamos en un restaurante portugués y regresamos al hotel sin ver ni un hipo (snifff)



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