sábado, 28 de junio de 2014

La preparación

Por fin llega el día del viaje. Llevamos varios meses preparándolo: compramos un vuelo de Air France por 550 € con escala en París desde Madrid hasta Johannesburgo. 
Tenemos previsto salir el viernes desde Lanzarote hasta Madrid con un vuelo de Ryanair, dormiremos en Madrid en el hotel Axor Feria cerca del aeropuerto (53€ con desayuno) y viajaremos a París el sábado a las 12 de la mañana. Pensamos ir a pasar la tarde a París utilizando un tren que va directo del aeropuerto al centro por 9,75 € por trayecto. Pasaremos la noche en el vuelo que debe de llegar al día siguiente a las 10:30 de la mañana a Johannesburgo. 


Esperaremos hasta las dos de la tarde para coger un avión de la compañía Mango que nos llevará a Ciudad del Cabo en dos horas (65€). Allí hemos alquilado un coche de la compañía Hertz para los cinco días que pasáremos en Ciudad del Cabo (90€). El viernes 4 de julio cogeremos un avión hacia Durban y en el aeropuerto alquilaremos un coche que devolveremos en Santa Lucía (71€ los 4 días). Por la zona de Santa Lucía estaremos al menos cuatro noches, tres en Santa Lucía y una en el parque de Imfolozi (770 rans = 53€). A partir de ahí no tenemos muy claro lo que vamos hacer queremos ir a Mozambique y para ello necesitaremos el visado que intentaremos sacar en Ciudad del Cabo. Tenemos también reservados tres días en el parque kruger hacia el final del viaje los días 21 22 y 23 de julio. Al principio pensábamos hacer el circuito al revés pero como las vacaciones escolares coinciden con el comienzo del viaje estaba todo el parque Kruger reservado. Al final reservamos en tres "campos" diferentes el Pretorius(441 rans= 30€), El Olifants (836 r = 58€) y el Crocodile (465r=32€). Los parques nacionales de Sudáfrica están muy bien organizados con diferentes sitios de acampada y diferentes tipos de alojamiento. el precio depende un poco de el lujo que quieras. 

EMPIEZA EL VIAJE...

Ayer salimos desde Lanzarote camino de Madrid. En el aeropuerto coincidimos con Miguel un compañero de Emili. Bromeando sobre el sitio que tendríamos adjudicado con Ryanair descubrimos que estamos en el asiento de al lado. El viaje promete,  comienza con una buena casualidad.
 El viaje está lleno de ruidos y olores... ejem... nos toca una familia con tres niños pequeños que no paran de gritar y ...
Vamos al hotel Axor Feria, hacemos unas compras por el centro comercial Plenilunio, cenamos cerca del hotel y nos vamos agotados a dormir.

Con Miguel en el vuelo de Madrid
Hoy hemos desayunado muy bien en el hotel y hemos utilizado su servicio de transporte gratuito al aeropuerto. El vuelo a París transcurre con normalidad la compañía nos da un tentempié correcto. A llegar no sorprende lo malo que está el tiempo. No lo habíamos previsto, no para de llover y hace un frío que pela. Encima Emili va con camiseta de manga corta. 
Utilizamos el tren para llegar al centro de la ciudad. Salimos en la estación de Chatelet-Notre Dame y sigue sin parar de llover.
 Serge se compra un chubasquero y Emili se pone la chaqueta que llevaba Serge. Estamos empapados y andamos hacia el barrio del Marais. Nos paramos a tomar algo para resguardarnos del mal tiempo. Nos pasamos media hora viendo caer la lluvia. 
Con los planes trastocados por el tiempo no sabemos muy bien cómo hacer. Vamos a cenar a un libanés y después a tomar vinos a un restaurante español. Cansados de ver llover decidimos volver al aeropuerto. 
Nos entretenemos un rato y podemos llegar a nuestro avión el gigante Airbus A380.





Subimos al avión ocupamos nuestros asientos y vemos en la cara de los azafatos que hay algún problema. Nos comunican que hay problemas con una salida de emergencia y que están buscando pasajeros para que se queden en París. Ofrecen 600 € a las personas que se queden y aunque es muy tentador nos damos cuenta de que para nosotros es un lío ya que tenemos el coche de alquiler,  el apartamento y el vuelo a Ciudad del cabo ya cerrados para la mañana siguiente. Serge es uno de los elegidos para la reubicación ya que deben de anular 50 plazas por medidas de seguridad. Por suerte nuestro compañero de asiento se ofrece para cambiarse él. Con todos los líos de la reubicación el vuelo sale con dos horas y media de retraso. Por tanto sirven la cena casi a las dos de la mañana. La comida es buena, los azafatos son muy simpáticos y comprensivos pero estamos desesperados.





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